Vivir sin agua, la realidad de los vecinos de Villa de la Quebrada hace 20 días: “La intendenta nos abandonó”
Cansados de la situación y en medio de temperaturas extremas decidieron reclamar. El suministro que les llevan desde la Municipalidad “tiene mal olor” y “no se puede consumir”. Deben ir a otras localidades a pedir o comprarla. Otros tienen animales que se están muriendo. Rosa Calderón fue a dialogar con ellos, pero no les dio solución.
En medio de la desesperación han transcurrido los últimos días muchos vecinos de Villa de la Quebrada. Son sectores de la localidad los que padecen la falta de agua. Lo que les provee en camionetas la intendencia no alcanza y a eso se suma las malas condiciones del liquido, que según les dicen se soluciona con “dos gotas de lavandina”.
Sin respuestas en todo este tiempo, decidieron movilizarse en la rotonda de ingreso al pueblo. Hasta allí se trasladaron unas 25 personas, otras dijeron que no podían hacerlo por pertenecer al Plan de Inclusión y por temor de ser desvinculados. También se hizo presente la jefa comunal, Rosa Calderón.
La escucharon atentamente durante varios minutos, pero sus palabras se limitaron a contar detalles de la obra del acueducto y el envío que realizan desde la Municipalidad. Sin embargo, ellos reclamaban para poder higienizarse pero “no con el agua sucia esa” que les proveen actualmente.
“Rosita si esto le causa un daño a tu gente hacé un paso al costado, declarate incompetente y que entre otra persona”, le dijo uno de los vecinos en medio del cansancio y un calor agobiante.
El hombre transmitió que la intendenta los “ha abandonado” y “va a hacer un acueducto que no sirve”.
“Tiene que comprar agua como lo hace todo el mundo”, subrayó.
Diferentes son las realidades que surgieron en la concentración, pero todos con la misma realidad, el faltante de un recurso esencial para subsistir. Hay quienes han pasado toda su vida en la localidad, otros desde hace unos pocos años. A ellos se suman los que la eligieron para invertir, pero hoy ven sus sueños frustrados. Desde jóvenes hasta adultos mayores, todos reclamaron poder vivir de forma digna.
“Yo tengo cinco chicos. Tengo que comprar agua para tomar. La que me traen es para bañarlos y lavar la ropa, y es sucia”, contó una de las mujeres, que también hizo alusión a la situación de “muchos” vecinos que no pudieron asistir por recibir amenazas y presiones con quitarles el beneficio social.
Una señora mayor contó que debido al panorama, enjabona la ropa que debe lavar en su casa y se traslada con ella hasta un surtidor que está frente a la iglesia. Allí se sienta a menudo a lavar.
Mónica vive hace cuatro años y medio en Villa de la Quebrada. Aprovecha los viajes que hace a diario a San Luis a trabajar para poder comprar bidones.
Tuvo en cuenta el faltante del servicio que tuvieron en 2020 y la satisfacción que les generó cuando recibieron la información “de la obra que se iba a hacer con fondos del Gobierno nacional y provincial”.
“Volvemos a padecer lo mismo. Nosotros hace 18 días que no tenemos una gota de agua. Y esta camioneta nos llevó el martes de esta semana un agua que no se puede consumir, hacer comida, ni lavar nada. Hasta la ropa te queda con olor”, describió.
También hizo referencia a las palabras de Calderón: “El discurso de la obra fue muy bonito. Netamente político. Pero se va y a mí no me da una solución. Yo quiero tener agua hoy, no dentro de cinco meses y un año”.
Otro de los presentes comentó que tiene obras para desarrollar en la localidad, pero todo se dificulta con la ausencia de agua. “Se me está perdiendo el material, estoy invirtiendo y no puedo hacer nada”, planteó.
“Ahora hace más de 20 días que no tenemos en diferentes zonas. Quedamos en nada. No sabemos que va a hacer. No está nunca la intendenta. Cuando vamos no está. Hay que pagar luz, agua, barrido y no tenemos nada”, cuestionó.
A él se sumó otro residente que apuntó a la imposibilidad de consumir el suministro que les llevan a las casas. Y transmitió que por la mañana hizo un viaje a Nogolí: “Fui a la casa de una señora que me dio la posibilidad de sacar, pero no es la solución”.
“Queremos agua, que nos repartan casa por casa. La solución tiene que aparecer ahora. Pasé el fin de semana sin una gota de agua, sin bañarme. Y tengo unos animales que se están muriendo. Si ella no nos trae agua, pidámosle al Gobierno”, recalcó otro de los asistentes.
Y a ellos se agregó el relato de un vecino de Mendoza que hace 10 o 12 años tomó la determinación de invertir en la zona. Pero las “pocas veces” que vienen en el año a San Luis se encuentran con el faltante de agua. Lo que les suele quedar en el tanque “se pudre”.
“Le acabamos de manifestar (a la intendenta) las inversiones que hicimos con proyecciones a cabañas. Lo hemos tenido que tirar para atrás y estoy vendiendo los lotes de la manera en que puedo porque nadie quiere comprar porque no hay agua. Ayer me hice presente en la Municipalidad a pagar los impuestos. Los han aumentado de manera desconsiderada. Estamos pensando en sacar todo lo que hemos invertido, vender la casa y buscar otro rumbo”, expuso.
La reunión finalizó y no tuvieron las soluciones que pretendían. Por eso, algunos anticiparon que podrían concretar manifestaciones frente a la Municipalidad o un corte de ruta.